Por: Claudia Cruz
Lo más interesante que logra Woody Allen en esta película, es crear un personaje que realmente no sería nada agradable tener como amigo y/o familiar en la vida real, pero que dentro de la película se roba toda la atención y que con su particular forma de ser desagradable, captura el amor de una joven y bella mujer, quien descubre que su gran amor es este controversial personaje, Boris Yellnikoff.
Boris, quien no es agraciado, no tiene una buena actitud frente a la vida, pero sí cuenta con un gran intelecto que le permite sentirse superior al resto de personajes a su alrededor, es tal vez esta prepotencia la que lo lleva a la soledad, hasta que conoce el amor en una niña que perfectamente podría ser su hija. Este me parece un argumento novedoso y realmente atractivo para decir que es una película de no perderse.
Aunque la historia no da para tener planos sorprendentes y grandes movimientos de cámara, estos no se hacen necesarios gracias a la buena historia y al ambiente acogedor que esta crea para los personajes frente a los espectadores. El hecho de involucrarnos al inicio y que el protagonista nos hable de frente, hace que de cierta forma como espectadores de la vida de Boris Yellnikoff, nos sintamos parte de la misma y tal vez, con el derecho de opinar acerca de esta, así que es un gran producto fílmico.
Director: Woody Allen. Guión: Woody Allen. Reparto: Evan Rachel Wood, Larry David, Patricia Clarkson, Ed Begley Jr, Michael Mckean.
No hay comentarios:
Publicar un comentario